lunes, 12 de noviembre de 2012

Ojos azules tirando a tristes.



Soy ese tipo de idiota que piensa que si repites muchas veces "da igual" al final se cumplirá. Esa es mi manera de sobrevivir.
Así que cuando algo me duele me repito "me da igual", hasta que una noche cualquiera a las 3.30 de la mañana de repente choco contra un muro llamado realidad, como ahora, y solo se me ocurre escribir. Mientras mis manos teclean cada letra, cada coma, cada punto y aparte, oigo el silencio casi amenazante, las calles ahora son como un concierto de cine mudo, donde la mayoria duermen, y yo sigo despierta, intentando subtitular todos esos sentimientos para así lograr entender.

¿Sabes que? Todavía no he conseguido amar Madrid, creo que ni siquiera me cae bien, aunque eso me pasa siempre. Creo que no es por la ciudad, sino por mis ganas de seguir huyendo. ¿Pero de que? o ¿De quien?
Me ha tomado años y meses saber contestarlo, siempre había pensado que padecía insatisfacción crónica. Pero desde hace poco tiempo se responder a esa pregunta; yo huyo de mi misma, y da igual el lugar, el sitio, o con quien este, al final siempre me siento atrapada, y cualquier ciudad del mundo se convierte para mi en una especie de cárcel, tanto que me deja jodidamente vacía por dentro. Entonces me corto, solo un poco, para sentir algo, lo bueno del dolor es que te hace sentir viva.
Puedo resultar tan auto-destructiva a veces, incluso soy capaz de ponerme ciega de lo que sea para olvidar esta mierda de vida que llevo, puedo liarme con el primer elemento que se me ponga por delante, da igual, voy tan ciega que el día siguiente ni me acuerdo de su cara.
Esas son las razones por las que mi nombre figura el primero en mi lista negra.

Y yo que pensaba que estar sola iba a ser el mejor punto de partida para cambiar, ser una mujer decente, lo que siempre han querido mis padres, no una puta loca, pero me equivocaba.
Aún hay quien dice quererme, atreviéndose a juzgarme y a darme consejos sin yo pedirlos de "haz esto, haz aquello, así no"
¿De verdad? Joder todo lo que me pueden decir ya lo se. Entérate!
Y mientras echan por la boca todo aquello que oigo pero no escucho, me quedo ojiplática, pensando si después de saber toda mi mierda aun quieren que les vomite en la cara. 


La verdad es que a veces lo único que necesitas es que alguien te sorprenda.

Joder... Se me da fatal echar de menos.

1 comentario:

Blanki Blue dijo...

Me he sentido terroríficamente identificada.