miércoles, 23 de julio de 2008


A veces siento que me falta "algo" no se que es o quien es , pero siento en falta eso que no se ponerle nombre..

1 comentario:

Ismael dijo...

Hola,
He vivido una experiencia curiosa y me gustaría contartela porque en poco o mucho te atañe.

Hoy, como ya sabes los Mossos han cargado violentamente contra las acampadas pacifistas de Barcelona y eso ha tenido una “rara” consecuencia. Gracias a twitter he encontrado un frase acertada que he terminado retwitteando. Ésta, escrita por ti, y gracias a la versión obsesiva de mi mismo, la que controla mis pasos, me he dado de morros con un blog, que en principio no distaba demasiado de lo que comúnmente encontramos. Sin embargo, profundizando en la búsqueda todo ha cambiado…

Así como hace 2 horas intenté contestar a una de tus entradas, y cuando ya estaba casi escrita mi respuesta dije, “qué coño”, seguiré leyendo. Así repetí esa estúpida rutina hasta que fue demasiado tarde y entonces, no había salida. No había salida porque dabas demasiado, demasiado que me has obligado a releer algunas de las líneas, porque cada desabrupto era una fuente vida, cada entrada un brote psicótico que admirar, cada llanto una victoria, porque cada uno de ellos ahora escritos son como pequeñas capsulas de dolor de las que aprender. Porque una no era suficiente, porque cada una completaba a la siguiente, porque todo era parte de un todo. Porque los gritos y diatribas acaecen al más fiero de los hombres. Porque la extrema sinceridad que se respira te hace partícipe de esa vida. Porque es imposible hablar más claro.

Y no vengo vestido de azul, ni enfundado en cuero ni luciendo una larga melena. Más bien soy el tarado que observa por ese minúsculo agujero desde su jaula los devenires del resto. Vengo solamente a agradecerte; a agradecerte por varias horas de placer, las de hoy y las que vendrán en lo sucesivo; a agradecerte por darme un halito de esperanza, por minuscular mi misantropía, por obligarme a pasar mi vaso al bourbon. A agradecerte por compartir tus desidias, porque de ellas algunos aprendemos; a agradecerte la razón por la que acostarse de día. Y sobre todo a agradecerte el sentido a un día de violencia absurda.

Gracias, te sigo.
Ismael.